lunes, 15 de agosto de 2016

De deportes y antónimos

Deporte, libertad, pasión, hoy.
Cuando te veo y me ves,
en  medio de la cancha, estadio, coliseo, piscina,
da igual.
Un respiro, un recuerdo, el tiempo se detiene;
después de tanto,
todo debe parecer más lento de lo normal,
todo se reduce a hoy,
el día especial.


¿En qué momento se distorsiona la pasión
en las gradas (la hinchada, la barra)?
¿Por qué esa distorsión empieza a tender a obsesión?
¿Por qué la mezcla con agresión?
No comprendo, no logro entender.
...


Quisiera reprocharte,
porque tu comportamiento me asombra sobremanera,
¿por qué haces lo que haces?
¿por qué la mente cerrada? ¿por qué no ver…
a tu
alrededor? gente, al final, todos humanos.


Y vos te justificas, tal vez a propósito,
en que no conozco tu realidad,
lo que pasaste, y tus rumbos del hoy.
Vos dices que amas a los tuyos, tu bando,
que te gusta la lealtad
y que sí, sabes amar.


Más preguntas que respuestas
cuando me pongo a conversar.
Para mí es la indiferencia lo que hace a un ser humano confundir
el deporte con sus antónimos.

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